Si pensamos en viajar a Perú, qué se nos viene la mente? Machupicchu… el nacimiento del Amazonas en Iquitos… quizás las playas de Máncora o la gastronmía de Lima. Pero el camino siempre tiene un as bajo la manga para sorprendernos, y recorriendo nuestra infinita Cordillera de Los Andes encontré uno de mis lugares favoritos, el Callejón de Huaylas, a los pies de la Cordillera Blanca y su imponente Huascarán. Con una sucesión de pueblos cálidos y de raíces firmes y profundas.

Camino al andar

Camino al andar

Laguna de Llanganuco - Puerta de entrada

Laguna de Llanganuco – Puerta de entrada

Y por alguno de sus rincones, una cascada larga y blanca cae con el ruido de la turbina de una avión. Cae de la ladera de una tremenda madre montaña que se viste de extraños (y hermosos) tonos gris – rojos. Un pico nevado se eleva soberbio y se pierde entre las nubes. Un crack se expande en ecos, son altos glaciares crujiendo. El deshielo de las cumbres chorrea en incontables caídas que parecen cintas colgando de las rocas. Pero es el agua blanca que inunda la laguna 69, turquesa, a nuestros pies. El personaje más inesperado completa la escena, un ternero camina por las aguas de la orilla y sube rápido a comer algo de la rala hierba que crece entre piedras heladas. Le envidio el cuero y el pelaje, hace tanto frío…

Laguna 69 - Sobre dueños y visitantes

Laguna 69 – Sobre dueños y visitantes

Estamos a más de 4500 metros de altura. Llegamos a este maravilloso lugar luego de tres horas de intensa caminata. El valle que atravesamos no es menos impactante. Los picos de la Cordillera Blanca y unos pocos turistas son los únicos acompañantes. Angelo, nuestro anfitrión de Couchsurfing, Alex, un amigo, Mariano y yo, vamos intentando vencer la fatiga de la vagancia y la altura que se nos mezclan en el cuerpo.

Cordillera blanca - Imponente

Cordillera blanca – Imponente

Motivación?

En la última media hora todo pasa por la cabeza, y todo se olvida en un segundo. Ver su cara de felicidad me hace dar ese paso extra, y queremos disfrutar de esta laguna toda la vida. «Estamos en temporada de lluvias», nos dijo la muy amable señora de la oficina de turismo, en Huaraz. Y tenía razón. A los diez minutos de llegar a los pies de la laguna cayeron las primeras gotas. Luego la llovizna se transforma en granizo, y luego en nuestra retirada, a regañadientes, claro. Tanto esfuerzo para ese pequeño momento…

Cordilera blanca - Eterno esplendor

Cordilera blanca – Eterno esplendor

El regreso veloz fue siempre en bajada, poniendo todo en perspectiva. Más tarde llegarían el dolor de cabeza, la hinchazón en las manos, las ampollas en los pies. Pero no importará tanto, conocimos la Laguna 69.

Sobre El Autor

Soy Vito. De raíz riojana y treinta y pico de años. Viví también en Córdoba, Mar del Plata, Buenos Aires. Viajé por Nueva Zelanda, Cuba, Italia, Bolivia y otra veintena de países más. Pediatra de vocación y formación, y en los ratos que me hago entre el trabajo “serio” trato de aprender algo nuevo (tejer, cocinar, fotografiar, hablar otros idiomas, lo que sea). Amante del yoga (a.k.a. “profesora”), curiosa ayurvédica. Estudio y trabajo con la salud y la enfermedad, pero a mí lo único que me curó fue viajar. Una vez sentí que era hora de poner los pies en la tierra… y lo tomé demasiado literal, quizás.

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