Por aquí pasó compadre
 hacia aquellos montes lejos,
 hombre retoñando patrias
 artista labrando pueblos.

Alberto Arvelo Torrealba.

I
Íbamos siguiendo el trazo
de nuestro Libertador
y al preguntar con fervor
nos dieron un gran abrazo.
Siguiéndolo no hay fracaso,
vamos con fe y con coraje
una patria sin encaje…
sembraremos en unión
con justicia y con pasión
 por aquí pasó compadre
II
Pasó dejando en la gente
llamaradas de emoción
corazón a corazón
gritaban con voz valiente.
La patria nos llama urgente
viendo todos sus reflejos
que alumbran como espejos…
Allá van nuestros hermanos
trochando van con las manos
hacia aquellos montes lejos.


III

Muchos lo vieron pasar
con su corazón en vilo
con particular estilo
y sus ansias de luchar,
hombre de seguro andar
que de luchar no se sacia
poniendo fuerza y audacia
como todo buen patriota,
y en su lucha se denota:
Hombre retoñando patrias

IV

Vengan soldados hermanos
súmense a la noble gesta
que esta grandiosa propuesta
no  escape de las manos…
Si los pueblos soberanos
juntos estamos de acuerdo
rendirse será recuerdo
pues el honor será guía;
y así Bolívar sería
artista labrando pueblos.

Con la guitarra de Silvio Rodriguez de fondo, la enérgica y siempre elocuente voz de Hugo Chávez recita este hermoso poema. Es el audio de un evento de hace algunos años. Lo escuchamos en la plaza Bolívar de Maracay, la más grande del país. Por todo Venezuela hay plazas Bolívar. Según la magnitud del lugar donde se encuentra, al prócer se lo puede ver como un simple busto (lugares muy pequeños), de pie (poblados más grandes), o a caballo (las grandes ciudades). Teníamos que estar aquí. A fines del 2012 pasamos tres meses en Venezuela, disfrutando y padeciendo los detalles que la hacen única. Por momentos la amo, por momentos quiero salir corriendo. Se chocaron sus contradicciones con las mías. El resultado es una inolvidable experiencia, una más dentro de este viaje fenomenal.

De regreso de Centroamérica y en camino hacia Colombia, nos encuentra este momento en el que de repente (atención: frase hecha) «los ojos del mundo se posan en…», y es así. Por primera vez en todo el tiempo que pasamos en Maracay decidimos ir al Hospital Militar, donde trabaja nuestro amigo Chevi. No hace ni media hora que estamos ahí echando cuento cuando la puerta de la oficina se abre y celular en mano una mujer lo dice a media voz «Se murió Chávez!». La jornada laboral termina automáticamente. Salimos disparados hacia otra dependencia donde un grupo de personas, como si de los años 60 se tratara, mira atentamente una radio, se escucha al vicepresidente a cargo hacer el anuncio oficial.

Tarde de banderas a media asta

Tarde de banderas a media asta

La última vez que Chávez tuvo una aparición pública, también estábamos en Maracay. Fue una cadena nacional, el sábado 8 de diciembre a las 9 de la noche. El presidente bromeó largo y tendido sobre una «fiebre de sábado por la noche», hasta habló de Travolta… pero el objetivo de la inesperada conferencia era anunciar que se iba a Cuba para una evaluación de su estado de salud, y anunciar que el vicepresidente Maduro quedaba al mando de la nave bolivariana. Se fue a Cuba y nosotros a Panamá… volvimos casi al mismo tiempo, decían las noticias. «Decían«. En este tiempo todo fue sospecha, especulación y rumores. Un pesado hermetismo lo cubrió todo. Ninguna imagen ni dato se filtró. Eso me resultó admirable… Me la pasé pensando en cuantos enfermeros y trabajadores de un hospital saldrían corriendo con una foto en el teléfono en Argentina… Aquí no. Sin parte médico oficial, salvo el mismo don Maduro que salió decenas de veces a hablar de alguna otra cosa sin tocar el tema principal, o diciendo alguna vaina loca como que una conspiración internacional le inoculó el cáncer al Presidente… pero, y el Presidente??

«Chávez vive!» grita la gente en las plazas. Vemos en vivo y en directo el nacimiento de un mito. Ahora las frases empiezan «Chávez dijo…» («Él dijo…»). Los rostros emocionados, acongojados, me tocan. Las lágrimas se sienten. Pero esto es como la Religión… Envidio un poco a quienes pueden sentir tan profundo un acontecimiento así, porque tienen esperanza. Creen con fervor en algo con lo que yo simpatizo tibiamente pero cuestiono. Infunden respeto y admiración. Se sintieron identificados y representados por alguien, un alguien que ahora desaparece físicamente, y lo lloran con desolación. Yo no puedo desprenderme de las debilidades de los líderes mortales: la megalomanía, la soberbia, la falta de diálogo, el autoritarismo, la hipocresía, la corrupción (ya no sé de que país estoy hablando…). Pero esta gente está dolida, no ciega, a pesar de esas fallas creen en la Revolución, porque les «devolvió» algo, y más aún porque los puso en una conversación en la que fueron ignorados por años. Que la soberanía de un país se sienta amenazada, impacta. Pero ellos aseguran que «No volverán!».

Noche de lágrimas

Noche de lágrimas

Fervor revolucionario

Fervor revolucionario

Una multitud nunca antes vista por estos ojitos, se avalanza roja sobre las débiles vallas y los más débiles aún soldaditos que intentan contener a la masa que clama por ver a su líder, despedirse de él, rendirle culto. Son millones. Que bajaron de los altos barrios (en Venezuela se denominan «barrios» lo que en Argentina llamamos «Villas de emergencia») que trepan por los cerros caraqueños, que llegan desde todos los rincones del país hasta donde llegaron las palabras del Comandante. «Hay que seguir la línea del Comandante» dicen con convicción, hablan de su «ejemplo», y se cuenta su historia como si de una parábola bíblica hablaran. En los alrededores del predio TIUNA donde se encuentra la Academia Militar, sitio dispuesto para despedir al mandatario, se despliega la fiesta popular. Sin solemnidad alguna, propio tal vez de la vecindad caribeña, la gente ya no carga la congoja de esas primera horas posteriores al anuncio fatal. Se venden banderas, afiches, remeras, y todo el merchandaising del socialismo. No faltó a la cita el doble del Che Guevara y su Poderosa… Si alguien aterrizara en el lugar sin saber el contexto, podría pensar en un acto de campaña más. Y no está lejos de serlo cuando Nicolás Maduro sale en persona a pedir calma y disciplina a la gente acalorada e impaciente. Repite los nombres de los niños extraviados, y les asegura que todos podrán ver al Comandante.

Nicolás Maduro, vicepresidente. Político en campaña

Nicolás Maduro, vicepresidente. Político en campaña

Marea roja

Marea roja

El desafío está en puerta, el chavismo después de Chávez ya comienzó. Venezuela puertas adentro, la Patria Grande toda estará atenta a los primeros pasos del producto de la gesta de los últimas décadas. Desde cualquier lado, del color que sea, algo no se puede negar, aquí se traza un antes y un después.

Sobre El Autor

Soy Vito. De raíz riojana y treinta y pico de años. Viví también en Córdoba, Mar del Plata, Buenos Aires. Viajé por Nueva Zelanda, Cuba, Italia, Bolivia y otra veintena de países más. Pediatra de vocación y formación, y en los ratos que me hago entre el trabajo “serio” trato de aprender algo nuevo (tejer, cocinar, fotografiar, hablar otros idiomas, lo que sea). Amante del yoga (a.k.a. “profesora”), curiosa ayurvédica. Estudio y trabajo con la salud y la enfermedad, pero a mí lo único que me curó fue viajar. Una vez sentí que era hora de poner los pies en la tierra… y lo tomé demasiado literal, quizás.

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6 Respuestas

  1. Betty Ortiz

    me encanta esa forma que tenés de mirar a los otros y mirarte en relación con…. gracias Mariano… en este tema te sigo porque estás reflejando parte de mis pensamientos…. Betty Ortiz

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  2. Ruben

    Otra etapa de tu viaje maravilloso, y ahora participando de una de las páginas importantes de nuestra historia latinoamericana. Otra vez Felicitaciones y muchísima suerte.

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    • Vito

      Muchas gracias! La verdad que estamos sorprendidos de la oportunidades que tuvimos al estar aquí tanto para las elecciones como ahora esto… Es difícil de transmitir lo que se siente.
      Saludos a toda la familia!

      Responder
  3. Betty Ortiz

    releyendo me doy cuenta que confundí el autor de la nota… igual, leí también la del blog de Mariano… me encantan las dos por igual jajajaj un abrazo Vito

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