Después de un horrendo viaje, finalmente llegué desde Madrid a Caracas (Air Europa: económico, impuntual, multitudinario). 9 meses me tomó regresar a nuestra bella Latinoamérica :D. Los temores y especulaciones sobre los estrictos requisitos para entrar al país quedaron detrás de la sonrisa de la amable Margarita, la oficial de migraciones, quien antes de darme la bienvenida a su país me preguntó qué me había llevado hasta Camboya, y luego me enlistó sus favoritos a visitar en Venezuela. Un sello más al pasaporte, aunque desde septiembre de 2012 somos hermanos del Mercosur y podemos circular con el DNI solamente. Podemos andar hasta 90 días por tierras bolivarianas sin visado previo mediante, y teníamos la idea firme de disfrutar de todos ellos y comenzar a vivir el viaje sin tantas fechas límite marcadas en el calendario.

Pisar nuevamente Sudamérica guardaba un saborcito a estar volviendo, sobre todo para el casi acongojado Mariano. Yo estaba feliz con la idea, aunque abría la última etapa del viaje, o mejor dicho del viaje planeado. De todos modos, debería ser la etapa más larga, así que a mis amigas les digo que no se ilusionen, dejen de preguntarme cuándo vuelvo y organicen vacaciones caribeñas ;).

Del otro lado de la frontera burocrática, en el aeropuerto Simón Bolivar, me esperaba Mariano que se había adelantado en otro vuelo, con Chevi, nuestro pana quien junto a su familia nos recibió con lo mejor de su hospitalidad.

Nuestro primer hogar estaba en las afueras de Caracas, El Hatillo, un rincón en la montaña donde Argenis, padre de Chevi, y sus hermanos comparten un terreno y levantaron allí sus cabañas. «La Moraleja» era nuestro nido. Llegamos tarde en la noche y no fue hasta el día siguiente que nos enteramos del hermoso lugar en el que estábamos, como perdidos en el medio de la vegetación de la montaña que se nos perdía de vista entre los árboles. Mientras tanto, ni lerdos ni perezosos ya le entrábamos a las primeras arepas. Van a ser protagonistas de primera línea en esta etapa del viaje, así que se las presento…

Arepa!

Arepa!

Tortillas de harina de maíz, hechas velozmente a la plancha (o fritas) y rellenas de lo que sea: carne, pescado, vegetales, huevos revueltos, jamón y queso. El límite lo pone la imaginación. Cómo terminarán estas figuras con esta dieta??!

En La Moraleja, nuestro nido caraqueño chavista

En La Moraleja, nuestro nido caraqueño chavista

El pueblo caraqueño nos recibió con un chavismo extremo. Es que se nos dió por llegar al país a horas de una contundente victoria en las elecciones presidenciales de Hugo Chávez, 3er mandato consecutivo para él. El paso por Venezuela planteaba el desafío de definir nuestra postura frente al régimen oficialista. El país está tan polarizado como Argentina. Mi compañero de asiento en el vuelo, como la mayoría de los venezolanos (o argentinos) que viven en el exterior, estaba fuertemente en contra de su gobierno. Me comió la cabeza con el mismo tono y mensaje que veo en la mayoría de mis contactos de Facebook, entre los que abundan los anti-K. Ya en Caracas y con las urnas aún calientes, empezamos a escuchar la campana a favor. Al igual que los fans de nuestra presi suena a «todo color de rosa», que suena tan irreal como la contra…

Con el dilema planteado fuimos hacia la Plaza Diego Ibarra íntegramente empapados del merchandaising oficialista, había que vivirlo plenamente desde adentro: metimos remera, gorro-bandera-vincha!

fiesta en la plaza para celebrar el triunfo en las urnas... socialismo festejado con la marca de la pipa!

fiesta en la plaza para celebrar el triunfo en las urnas… socialismo festejado con la marca de la pipa!

Muñecote, y la imágen reconstruída del Libertador... da un poco de miedo!

Muñecote, y la imágen reconstruída del Libertador… da un poco de miedo!

UH-AH!

UH-AH!

Nos encontramos con una plaza casi llena, pero lo que me llamó la atención fue la ausencia de banderas que no fueran las venezolanas. Más tarde ondearon las caras de Bolivar y Chavez, pero no había partidos, ni subpartidos «dando el presente». Y el toque caribeño que no podía faltar: música, mucho color, y todo el ritmo para bailar sin parar. Desde el escenario algunas bandas animaron la espera de lo que todos fuimos a ver: la transmisión en directo de lo que pasaba a pocos metros, puertas adentro del Centro Nacional Electoral (CNE), la Proclamación del Triunfo de don Chávez. El personaje en cuestión apareció en las pantallas gigantes, más gigante que nunca, cushingoide decimos los medicuchos cuando alguien está a reventar por los corticoides. No es secreto para nadie que al tipo le gusta hablar. Bastante. De todo lo que habló no escuchamos nada por el pésimo audio que pusieron, y porque estábamos medio  distraídos por el espectáculo de la propia gente en la plaza festejando, y por la ilusión de que luego del acto oficial saldría a hablar a la plaza. Pero por alguna razón eso se pinchó. Lentamente sacaron los micrófonos, los camarógrafos se fueron bajando de sus tarimas, y luego de algunas señas misteriosas los músicos volvieron al escenario y la fiesta siguió tibiamente. Fue la primera muestra de lo que dí en llamar «La Vaina Venezolana»… casi siempre pasa algo estando en este país, y casi nunca sé de qué se trata.

Alto personaje del folkclore chavista

Alto personaje del folkclore chavista

Presidente re-re-reelecto...

Presidente re-re-reelecto…

A nuestro regreso a El Hatillo nos esperaba algo mucho mejor. Los vecinos del padre de Chevi son cuatro jóvenes estudiantes del conservatorio que tocan, por supuesto, bestialmente. Empezamos a conocer y saborear los ritmos caribeños desde las cuerdas de un violín y un cuatro venezolano, y una flauta traversa. Armonías, voces, poesías, lo mejor de la cultura se empezaba a asomar a nuestro horizonte. Mariano confirmó sus deseos de tener un cuatro, y en eso se nos fue nuestra siguiente aventura… pero antes teníamos una cita obligada con el Caribe.

Las primeras horas en tierras bolivarianas fueron una síntesis de lo que se venía: política y música. Es imposible pasar por esta parte del mapa sin quedar empapados de ellas.

Sobre El Autor

Soy Vito. De raíz riojana y treinta y pico de años. Viví también en Córdoba, Mar del Plata, Buenos Aires. Viajé por Nueva Zelanda, Cuba, Italia, Bolivia y otra veintena de países más. Pediatra de vocación y formación, y en los ratos que me hago entre el trabajo “serio” trato de aprender algo nuevo (tejer, cocinar, fotografiar, hablar otros idiomas, lo que sea). Amante del yoga (a.k.a. “profesora”), curiosa ayurvédica. Estudio y trabajo con la salud y la enfermedad, pero a mí lo único que me curó fue viajar. Una vez sentí que era hora de poner los pies en la tierra… y lo tomé demasiado literal, quizás.

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3 Respuestas

  1. tienda dondup madrid

    Acostumbro cada noche buscar posts para pasar un buen momento leyendo y de esta forma he localizado vuestro articulo. La verdad me ha gustado el post y pienso volver para seguir pasando buenos momentos.

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  2. Chevi Chevinhon

    Bienvenidos Nuevamente… No Olviden Pasar Por Maracay Al Cumple de Chevi, Acá Los Espero Con Fernet y Más… Que Manera Tan Hermosa Tienes Para Relatar Tu Impresión Al Llegar A Mis Pagos! Genial!

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  3. Alexis Alvarez

    Lo bueno de leer este post: Los sigo desde hace tiempo por sus redes sociales
    Lo mejor de leer este post: Chavez esta muerto

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